domingo, 18 de octubre de 2009

EJECUTIVOS EN HOLLYWOOD CORREN DE UN LADO A OTRO COMO POLLOS SIN CABEZA




Los grandes estudios de Hollywood se mueven en "arenas movedizas". Así lo describe Jon Favreau, realizador de Iron Man, uno de los pocos puntales de la taquilla reciente. Sus palabras vienen acompañadas de la imagen que ofrecen los grandes ejecutivos de esta industria corriendo de un lado a otro como pollos sin cabeza.

En menos de un mes, tanto Dick Cook, presidente de los estudios Walt Disney y con 37 años en la empresa, como Marc Shmuger y David Linde, al frente de la producción cinematográfica de Universal, han visto caer el hacha. Paramount
vivió en julio la misma criba entre sus principales ejecutivos, y Metro Goldwyn Mayer (MGM) evita la bancarrota como puede. A Alan Horn y Barry Meyer, máximos ejecutivos de Warner Bros., se les acaba el contrato en 2011, y ya ha comenzado la búsqueda de reemplazo.
Eso por no hablar del número de despidos entre los soldados de a pie. La industria del cine como la conocemos se tambalea y, curiosamente, no es culpa de la actual crisis económica. "La taquilla se mantiene o incluso ha aumentado, pero eso no es lo que paga las películas. Su financiación viene también de los DVD. Y eso ha bajado mucho", sopesa otro de los grandes de Hollywood, James Cameron. En estos momentos no importa lo grande que es uno. En su opinión, el público ha matado el cine con su amor. "Vivimos ese momento en la historia en el que las películas que me gusta hacer van a ser imposibles de realizar. A partir de ahora habrá menos películas, las producciones tendrán un menor alcance y los presupuestos serán menores", añade quien, hasta hoy, es el director de la película más taquillera de la historia, Titanic.
Las palabras de Cameron se pueden resumir en una conocida táctica futbolística: jugar a la defensiva. O lo que en Hollywood llaman una programación con espectáculos de marca: apostar a lo seguro, ya sea con franquicias que han demostrado su poder de arrastre (Harry Potter), películas basadas en algo conocido, un remake (Tron Legacy), una novela (Crepúsculo), una serie de televisión (El llanero solitario) u otras marcas como la Barbie, los Legos, el View-Master, el Monopoly y otros juegos de mesa, todos ellos con un filme en ciernes. "Viendo esta cartelera, uno se tiene que preguntar si están en ácido", bromeó el actor Robin Williams.
Lo que están es en crisis. En la actualidad, Universal es el estudio con una menor presencia en la taquilla, un 8,8% en lo que va de año (695 millones de dólares de recaudación). Le sigue Disney, con un 11,7% del pastel, lo que equivale a unos ingresos de taquilla de 928 millones de dólares. A pesar del éxito de películas bajo su bandera como Up, su última franquicia con éxito es National Treasure y arrancó en 2004. Warner Bros., el gran ganador del año, domina un 20,4% con unos ingresos de 1.600 millones de dólares. La saga de Harry Potter sigue viva y coleando, y los mismos estudios tienen entre manos el lanzamiento de una prometedora serie con Sherlock Holmes como protagonista.
Como dijo Robert Iger, a la cabeza de los estudios Disney, cuando nombró a Rich Ross en el puesto que durante años defendió Cook, el nuevo ejecutivo tiene una gran carrera en el campo del entretenimiento familiar y en el mercado internacional, dos fuentes de ingresos clave para un estudio. Así que mientras la división cinematográfica estrenaba rotundos fracasos como Más allá de los sueños, Ross lanzó nuevos productos al mercado televisivo y descubrió una mina de oro para todas las divisiones con fenómenos como High School Musical, Hannah Montana o incluso los Jonas Brothers. Y eso es lo que cuenta: menos arte y más atraer a la audiencia.
Pero como asegura James Cameron, la dolencia que sacude a Hollywood no está en la taquilla. El mercado del DVD (y ahora Blue-Ray), en el que los estudios depositaron su confianza durante años, se desmorona. Fue la gallina de los huevos de oro en la que Hollywood encontró un filón para sus arcas. Sin embargo, el Blue-Ray no acaba de arrancar, y el mercado del DVD, que supone la mitad de los ingresos de una película, está de baja. En algunos estudios las pérdidas son de hasta un 25%.


Según el grupo Digital Entertainment, en el mercado estadounidense los ingresos en este campo bajaron un 9% en 2008 y un 13,5% en la primera mitad del 2009. En total, un 12,7% desde su momento más álgido en 2004, cuando Hollywood amasó 16.600 millones de dólares gracias a las ventas en DVD, añade el grupo de análisis Adams Media Research. En otros países, otrora conocidos por su rentabilidad como España o Corea del Sur, la piratería ha hecho cerrar muchas de estas divisiones y ha acabado con la gallina de los huevos de oro.
De ahí la búsqueda de nuevas fuentes de ingreso. El modelo que hasta ahora existía, basado en los ingresos por DVD y en la financiación bancaria, hace aguas, y un nuevo modelo, basado en nuevas plataformas como las descargas legales y el vídeo a la carta con fuentes extranjeras de financiación, está emergiendo, pero sus resultados aún están por ver.
Las estrellas tampoco venden como lo hacían antes, y los costes de producción, al igual que los de distribución y marketing, siguen siendo muy elevados. Ante este panorama, la única solución es seguir cambiando a los jugadores hasta encontrar al equipo ganador. Es un proceso cíclico, aunque la última vez que los estudios vivieron una sacudida tal entre sus ejecutivos data de 1984, cuando los principales cargos al frente de tres de los estudios más destacados -Paramount, Disney y Fox- cambiaron de sillón en unos pocos meses. De aquellos cambios surgieron políticas arriesgadas, pero en esta ocasión parece que el eslogan es minimizar las pérdidas. Y convencer a Wall Street de que las cosas no van tan mal. -



sábado, 10 de octubre de 2009

Existe algo así como un gen extra, algo que se pueda denominar como el 'gen colombiano'?

Los colombianos protestan en Facebook por Agro Ingreso Seguro, arengan contra Piedad Córdoba porque es candidata al Nóbel de Paz, salen a las calles y, alentados por RCN y Semana, hacen marchas en favor de Ingrid Betacourt y se rasgan las vestiduras o avivan porque Álvaro Uribe puede ser tercera vez Presidente de la República, pero son pocos los que se indignan porque en Colombia han vuelto a aparecer las continuas masacres que ya se creían cosa del pasado. Ni siquiera los ha movilizado el hecho de que la mayoría de estos masacrados sean pequeños indefensos. Desde el 26 de agosto hasta hoy y en cuatro hechos diferentes, han sido masacradas 29 personas, entre adultos, niños y adolescentes en todo el país.

En la mañana de este jueves, tres niñas fueron encontradas ahogadas en un río junto a su madre y una prima (esta última de 17 años) que fueron acuchilladas en el municipio de Yarumal, Antioquia. Las niñas tenían 7, 5 y 4 años. “Por la inspección de los cadáveres, todo apuntaría a situaciones de venganza o de índole pasional”, aseguró el secretario de gobierno de Yarumal, Pablo Ramírez. ¿Quién con un mínimo de humanidad puede acuchillar una niña de 4 años por "venganza"?

Ayer miércoles en la vereda Gutiérrez del municipio de Colombia, en el Huila, presuntos integrantes de las Farc mataron nuevamente a tres miembros de una familia y dejaron herida a otra persona. Entre los muertos estaba Karen Cruz, de apenas tres años. Si se comprobara que fueron guerrilleros los autores de esta otra masacre, ¿qué clase de revolución es aquella que se construye asesinando a bala una niña de tres años?

El pasado 12 de septiembre, se conoció de otra masacre, esta vez en una vereda de Ventaquemada, en Boyacá. Dicen las autoridades que por problemas pasionales, fueron asesinadas cinco personas integrantes de una familia, tres de ellas niños de 10, 4 y 2 años. Los cuerpos fueron hallados por los vecinos con profundas heridas de cuchillo y machete. Se cree que la familia había llegado hace poco de un municipio de la zona esmeraldera de este departamento, acosados por problemas económicos y al parecer familiares. Dos personas fueron capturadas.

Y está por último el caso que conoció el país ampliamente del resguardo indígena Gran Rosario, a donde llegaron hombres armados para dispararle a 12 personas. No se explica qué clase de seres humanos eran cuando no tuvieron ningún problema con que cuatro de ellos fueran los pequeños: Alex García, de 10 años; Angie García, de 9 años; James García, de 3 años; y el bebé Jeison García, de seis meses.

También estaba un joven de 15 años, y una pareja de 17, otros niños, si consideramos la Convención de Naciones Unidas sobre la Infancia, que ratificó Colombia y que considera que niños es todo aquel menor de 18 años.

Las autoridades lograron capturar esta semana a cuatro personas, quienes supuestamente pertenecen a una banda criminal local y serían las responsables directos de los hechos. Pero todavía no hay claridad sobre quiénes pudieron ser los autores intelectuales o cuáles los móviles para despertar tanto odio contra campesinos inocentes y sus hijos.

Es urgente que la sociedad colombiana reaccione antes las masacres que empiezan de nuevo a crecer en número y en saña, más cuando son niños muchos de sus víctimas. Las masacres de la década del noventa pasaron desapercibidas por demasiado tiempo y eso fue lo que hizo posible que hubiera 1528 masacres entre 1993 y 2006. Si es verdad que existe algo así como el diablo, éste debe ser colombiano.

sábado, 3 de octubre de 2009

Apocalíptico mapa


Apocalíptico mapa del hambre en el mundo; hay 27.400 muertos cada día

Y lo peor es que por ese mal mueren 14.400 niños, es decir uno cada seis segundos.
Estas cifras demuestran que las estadísticas divulgadas hace dos semanas de que 1.020 millones de habitantes en el mundo aguantan hambre es desalentador, pero lo que se esconde detrás es más dramático.

Pero a pesar de que quienes luchan contra ese mal son optimistas, la verdad es que factores como las sequías, las guerras, los conflictos internos, los desastres naturales, las malas políticas gubernamentales y la crisis económica y financiera están frenando su reducción e incluso en los últimos años se ha presentado un aumento.

Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el principal organismo que lucha contra ese flagelo, 10 millones de personas mueren cada año de hambre o enfermedades relacionadas con ella y representan más que los decesos generados por el VIH, la tuberculosis o la malaria, juntas.

Desafortunadamente, cuando se habla de hambre el lugar común para recordar esa tragedia son las imágenes de la hambruna que soportó Etiopía entre 1984 y 1985, las familias enteras sin hogar buscando refugio en las inundaciones en Bangladesh, o de los refugiados que huyen de la guerra en la República Democrática del Congo. No obstante, los hambrientos son personas de todas las edades, desde bebés cuyas madres desnutridas no pueden producir suficiente leche, hasta ancianos que no tienen familiares que los cuiden.

Así mismo, son los desempleados de los barrios marginales, los campesinos sin tierra que cultivan campos de otras personas, los huérfanos por causa del sida y los enfermos que necesitan alimentos especiales para sobrevivir.

Como se lo dijo a EL TIEMPO Alejandro Chicheri, portavoz del PMA para América Latina y el Caribe, "el hambre es una preocupación y urgencia diaria en todo el mundo, aunque más acentuada en los países pobres.

Las estadísticas indican que Asia es el continente donde más cantidad de población tiene problemas de hambre, con 642 millones de personas, seguida de África subsahariana con 265 millones, aunque esta última es la región del mundo donde los casos son más graves.

En América Latina hay 53 millones de hambrientos y las muertes de niños ascienden a 288 diarios (uno cada cinco minutos).
Meta incumplida
El tema del hambre está en todas las agendas sociales del mundo y dentro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio se establece que entre 1990 y el 2015 se debe procurar reducir a la mitad el número de personas que la padecen, pero la realidad es que esto no se está cumpliendo.
Para el funcionario del PMA, el principal factor que está poniendo en peligro esa meta es la crisis económica mundial, que ha destinado recursos hacia el salvamento de entidades financieras y sectores líderes. Mencionó que en el caso del organismo, el presupuesto con el que cuenta para atender las necesidades en 100 países con problemas es de 2.500 millones de dólares, aunque las necesidades reales son de 6.700 millones.
Y es que, al igual que un círculo vicioso, el ciclo de la pobreza no solo afecta a las víctimas durante toda su vida sino que también se transmite a sus descendientes. Así, una madre malnutrida engendrará un bebé con bajo peso. Se estima que 167 millones de niños menores de cinco años en el mundo tienen bajo peso debido a la malnutrición crónica. Esto significa que el 20 por ciento de todas las personas que sufren de hambre son niños.

Situación en Colombia
Pero si a nivel mundial la situación del hambre se ha acentuado por la crisis económica, los conflictos y los desastres naturales, en Colombia la realidad no es diferente. Praveen Agrawal, director del PMA para el país, le dijo a EL TIEMPO que los avances en materia de reducción de la desnutrición en el país han registrado un pequeño retroceso.
El funcionario dijo que en Colombia el 12 por ciento de la población tiene malnutrición crónica y el PMA atiende al núcleo más crítico que comprende a 400.000 personas, aunque la ONG quiere ampliar su radio de acción a 530.000, aunque las limitaciones son netamente financieras pues el programa se financia de donaciones voluntarias de gobiernos, sector privado y personas.
El PMA tiene 10 oficinas en 21 departamentos colombianos y según Agrawal, los problemas más graves de hambre están en las costas Pacífica y Atlántica, y aunque por el conflicto interno en ocasiones hay algunos problemas con el envío de comida a regiones apartadas, se ha construido una cultura para permitir el acceso del programa a esos lugares.
HOLMAN RODRIGUEZ
REDACTOR INTERNACIONAL