lunes, 2 de junio de 2008

El judío come judío y caga palestino

Yehuda se parte de risa. "¿Puedes creer que me consideran un peligro para la paz pública?", comenta en un café de Jerusalén. Yehuda Shaul, judío ortodoxo, practicante fervoroso, ex oficial del Ejército y uno de los fundadores de la ONG Breaking the Silence (romper el silencio), está atónito. A su ONG le han prohibido organizar visitas a la ciudad palestina de Hebrón. No hace pizca de gracia a las autoridades que un grupo de activistas muestren a cualquier interesado la brutal realidad de la ocupación en estado puro. Shaul ha recurrido al Tribunal Supremo, que el miércoles fallará sobre la decisión de los mandos militares y policiales, que tildan a este joven de 25 años de izquierdista y provocador. El mundo al revés. De izquierdista nada tiene. Y tampoco ignora nadie quiénes son los provocadores.

En alguna de sus excursiones el periodista ha comprobado como se las gastan Baruch Marzel, Noam Federman y sus acólitos. Los colonos se aproximan a los visitantes y comienzan a gritar para sofocar las explicaciones de Shaul. Causan algún altercado, aparece la policía y se lleva a comisaría a unos y otros. Claro que a los colonos les importa un bledo. Han logrado su objetivo de interrumpir la visita a sabiendas de que en un par de horas volverán a sus casas en Hebrón. En los últimos meses la violencia es creciente. Ahora emplean altavoces para hacer inaudibles las explicaciones y lanzan pedradas y huevos a los grupos de extranjeros. Lo sabe bien la delegación de parlamentarios alemanes que semanas atrás acudió a la ciudad de los patriarcas y fue recibida a cantazo limpio. Los soldados y policías observaron el episodio de brazos cruzados.

Hay mucho que ocultar, y cuanto menos se conozca mejor. Los ataques de los colonos a los palestinos de Hebrón son el pan nuestro de cada día. Están documentados y filmados. Mujeres que se acercan a viviendas de árabes para llamar "puta" a su dueña; niños que se llevan impunemente productos en los puestos del zoco ante la mirada impotente de los comerciantes; golpes a estudiantes palestinos que acuden a sus escuelas... Un tercio de esta ciudad de 180.000 habitantes ha sido limpiada de población palestina para disfrute de unos cientos de judíos, fanáticos sin límite, que hacen lo que les viene en gana. Todos los comercios de la principal avenida comercial permanecen sellados desde hace siete años, miles de vecinos no pueden regresar a sus viviendas, y varias calles se reservan para uso exclusivo de los colonos. La policía y el Ejército observan los desmanes sin mover un dedo.

Miembros del Parlamento israelí, diplomáticos extranjeros, delegaciones de legisladores de países europeos han visitado Hebrón de la mano de Breaking the Silence, la ONG que dirigen Shaul y un puñado de fervientes creyentes judíos. Más de 5.000 personas han acompañado a Shaul y sus colaboradores en los últimos tres años. Se acabó. Hace cinco semanas, el general Udi Ben Moha, comandante de la región de Hebrón, y el jefe de la policía Avshalom Peled. Ahora la decisión se halla en manos del Supremo. Aunque no sería en absoluto una excepción que el Gobierno y el Ejército hagan caso omiso de las sentencias del alto tribunal.

La impunidad de la que gozan los colonos y la arbitrariedad palmaria de las autoridades castrenses se dan la mano con fuerza en Hebrón. "Consideramos", apunta Shaul, "la desafortunada decisión del general Ben Moha como una rendición ante los criminales violentos, pero también como una forma de represión política. Creemos firmemente que no sólo el futuro de nuestras actividades está en riesgo, sino también la libertad de expresión, la libertad de movimientos y la igualdad al margen de la afiliación política en Israel".

Shaul sigue sonriendo. Es su estado natural. Como no pueden viajar a Hebrón, ahora enseñan la penosa situación de los pobladores al sur de esa ciudad, donde mucha gente vivía en cuevas. Las posibilidades de observar hechos asombrosos en Israel y los territorios ocupados son inagotables. "¿Sabes? Están derribando las cuevas con excavadoras. Dicen las autoridades que no tenían permiso de construcción. ¡Pero si son cuevas en las que viven desde hace décadas!", comenta al pacifista religioso, ése que amenaza la paz pública.

“cárceles flotantes”

Estados Unidos recluye a sospechosos de terrorismo en “cárceles flotantes”
La organización Reprieve, defensora de los derechos humanos, denuncia que hay 15 barcos que sirven de prisiones en torno a la isla británica de Diego García.- Bush aseguró que su país había puesto fin a ese tipo de prácticas
EFE - Londres - 02/06/2008

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Estados Unidos utiliza “cárceles flotantes” en las que recluye a los detenidos en la llamada guerra antiterrorista, según la organización de derechos humanos Reprieve. Poco a poco han ido saliendo a la luz informaciones sobre esos centros de detención en barcos gracias a los testimonios de los propios presos, declaraciones del Ejército norteamericano, el Consejo de Europa y diversos órganos parlamentarios.


Estados Unidos
A FONDO
Capital: Washington.
Gobierno:República Federal.
Población:290.000.000 (2004)
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Según el diario The Guardian, un informe que publicará este año la organización de derechos humanos denunciará más de 200 nuevos casos de entregas extraordinarias desde el 2006, cuando el presidente George W. Bush aseguró que su país había puesto fin a ese tipo de prácticas. Las entregas extraordinarias son aquellas en las que se produce el traslado de sospechosos de terrorismo en condiciones secretas y al margen de la legalidad internacional.

EE UU puede haber utilizado hasta un total de 17 barcos como “cárceles flotantes” desde el 2001. Los presos son interrogados a bordo de esos buques y luego enviados a centros de detención en terceros países, afirman los autores del informe. Entre los buques empleados para esos fines están el USS Bataan y Uss Peleliu, pero los encargados del estudio sospechan que otros 15 buques han operado en torno a la isla británica de Diego García, en el océano Indico, utilizada como base por británicos y estadounidenses.

Según el director legal de Reprieve, Clive Stafford Smith, los norteamericanos “escogen barcos para mantener (a esos presos) lo más lejos posible de la mirada inquisitiva de los medios de comunicación y los abogados”. El director de la organización pro derechos humanos asegura además que el “Gobierno estadounidense admite que tiene actualmente detenidas sin cargos en prisiones secretas al menos a 26.000 personas, y las informaciones reunidas indican que desde el 2001 un total de 80.000 pueden haber pasado por ese sistema”.

Los defensores de los derechos humanos creen que la CIA ha operado con cárceles secretas en países como Tailandia, Afganistán, Polonia, Rumanía, Yibuti y posiblemente también en Diego García. Los individuos capturados por Estados Unidos en Afganistán y otros países han sido enviados a cárceles de Siria, Jordania, Marruecos y Egipto.