martes, 5 de febrero de 2008

Odio organizado

La ultraderecha colombiana demostró una capacidad de manipulación sin precedentes y el pueblo ahora se odia un poco menos.

Lo que se ha logrado en los últimos días canalizó ese odio tan milenario. Ahora ya no nos odiamos a nosotros mismos, ahora odiamos a las FARC. Porque precisamente ese es el objetivo de esa construcción simbólica llamada terrorismo: buscarse un otro, una válvula de escape, un chivo expiatorio y así aliviar la culpa de ser intrínsecamente un pueblo maldito, agobiado por siglos de guerras intestinas.





Transcribo un texto de Bob Dylan a propósito de ese odio transmitido de generación en degeneración: " Los chinos estaban aquí antes. Eran los indígenas que encontró Colón. Ya sabe, los Pieles rojas, los Comanches, Sioux, Caribes, Arawak. Todos esos pueblos eran chinos. llegaron aquí cuando Jesús andaba sanando enfermos. Todas las squaws y jefes venían de China. Cruzaron Asia, bajaron por Alaska y descubrieron el lugar. Se convirtieron en indígenas muchos años después. Lástima que escindieron en tribus y empezaron a llevar plumas y se olvidaron de que eran chinos. Se enzarzaron en guerras intestinas por nada, una tribu contra la otra. Cualquiera podía acabar siendo tu enemigo, incluso tu mejor amigo. Eso explica la caída de los indígenas. Y esa es la razón por la cual, cuando el hombre blanco vino de Europa para conquistarlos, le resultó tan fácil. Estaban maduros como melocotones a punto de caer del árbol"

Y bueno, después de las FARC qué? Cuál será el objeto del odio? Chávez? Y después de Chávez?

Ah, ya vendrá otro. Hasta de pronto corremos con la suerte de que Osama Bin Laden termine viviendo en Pereira y que Julito y la Revista Semana y El Tiempo digan: "Miren! Helo ahí! Todos contra él!

Y si no, si Obama no nos hace el favorcito, entonces nos lo inventamos.

Para terminar, va esta conversación de odio colombiano; la expongo como representación de la miseria de esos colombianos en el exilio, que se creen mejor persona que otros demás colombianos, y que sin embargo tarde o temprano terminan en el guetto, viviendo a costa precisamente de esos otros colombianos que menosprecian tanto. Cualquier vínculo con las raíces profundas de nuestra guerra civil de 50 años es pura coincidencia:

W.Z.>dijo: Pues a mí me parece bastante hipócrita que este tipo
de mensajes roten precisamente entre cierta franja de
la comunidad colombiana en Nueva York, tan proclive al
encriptamiento de circulillos de enajenación
socio-cultural.


D.V> dijo:
Hablando de encriptamiento y enajenacion, decime que me queres decir. Vi que lo publicaste en tu blog que a proposito esta bastante decente (aunque ese adjetivo te pueda causar roncha)
Abrazos
Atentamente: Una Colombiana de Bien, Decente y Correcta.

FIN DEL CHAT